Contra el mito de Edgar Allan Poe. 10 hechos poco conocidos de su vida


 

Sobre Poe se han dicho muchas cosas, tantas, que al final su figura se ha deformado. Estos diez puntos te ofrecen una visión mucho más apegada a su historia. 

 

 

Por Omar Osorio Amoretti

@osorioamoretti

Introducción. El surgimiento de un mito

 

Probablemente Edgar Allan Poe sea uno de los escritores de la  literatura norteamericana con más fama a nivel mundial. La calidad de relatos como Los crímenes de la calle MorgueEl gato negro o El corazón delator le han garantizado lectores a través del tiempo.

 

Tal vez por eso hemos llegado al punto en que se habla tanto de su figura sin conocerla del todo. A veces es un asunto de modas, y otras tantas de simple desinformación propias de todo culto.

 

Así, cuando hablamos de Poe la gente por lo general se está refiriendo al mito que se ha creado en torno a él. No es difícil saber cuáles son esos rasgos. Basta con colocar su nombre en las redes o en algunos grupos de lectura y ver, además de los adjetivos, las imágenes con que se le representa: con un aire entre loco y atormentado, siempre acompañado de un cuervo en el hombro y un gato en su regazo. ¡Ah!, y no nos olvidemos del alcohol, esa supuesta musa de los grandes escritores.

 

Todo esto ha terminado por construir un poco aquella teoría de los poetas malditos inventada por Paul Valery. Se trataría, entonces, de un hombre bendito por la pluma al precio de llevar consigo una maldición en su vida: su alcoholismo, su pobreza cargada de muertes en la familia. Y sí, fue un hombre bendecido y desdichado a su manera. Solo que, a diferencia de lo que suele creer el común de los lectores, uno no es el resultado directo del otro.

 

Es por eso que en  Dilatar La Pupila  te traemos este artículo donde te exponemos diez datos interesantes sobre Edgar Allan Poe desde un punto de vista apegado a los hechos que le tocó vivir. Es un intento de colocar al escritor norteamericano en su justa dimensión histórica. Tal vez así se comprenda mejor algunos fenómenos presentes en la literatura contemporánea con los que tiene bastante vigencia.

 

 

1. Tuvo una sólida formación universitaria

 

Universidad de Virginia, uno de los lugares donde Edgar Allan Poe adquirió sus conocimientos. Foto del siglo XIX.

Universidad de Virginia, uno de los lugares donde Edgar Allan Poe adquirió sus conocimientos. Foto del siglo XIX.

 

A diferencia de lo que puede sugerir un Poe genial cuya creación está asociada al fantasma de la bebida, la verdad es que desde temprana edad obtuvo una educación sólida, especialmente en el área de los idiomas. En 1818 estudió en un internado en Londres, donde aprendió el latín, área del saber que será potenciada cuando ingrese a la Universidad de Virginia en 1826.

Con esto ya sabemos por qué es tan común encontrar en sus relatos tantos epígrafes en idiomas extranjeros, así como frases dentro del texto en francés, alemán y hasta español. De manera, pues, que difícilmente estamos ante un improvisado del mundo de la literatura, sino ante alguien que, además de talento, obtuvo vocación y estudio sereno.

 

2. Cobraba por sus escritos en la prensa

 

Columbian Ladys and Gentleman Magazine. Edgar Allan Poe. Dilatar La Pupila

Columbian Ladys and Gentleman Magazine, donde Poe llegó a publicar algunos de sus cuentos.

Hay un halo idealista sobre el arte que hace ver al escritor verdadero como alguien que debe tenerle tirria al dinero. Hay, sin embargo, algo peor dentro de este cúmulo de prejuicios: ganarlo a través de la venta de su trabajo estético. Todo esto ha incentivado la idea de que este debe hacer sus cosas sin interés económico.

Pues bien, Edgar Allan Poe produjo buena parte de sus escritos motivado por el beneficio crematístico. Y es que, después de haber sido desheredado por su padrastro, se vio en la necesidad de subsistir por su propio esfuerzo.

Las acciones no se hicieron esperar: participación en certámenes literarios, envíos de textos a las principales revistas del país y conferencias fueron parte de su “rutina laboral” con la cual pudo mantenerse hasta su muerte.

No estaría muy equivocado si dijera que de no haber sido por esta pasión tan humana de no querer morirse de hambre los cuentos que hoy conocemos no existirían para nosotros.

 

 

3. Obtuvo pocos beneficios económicos de la literatura

 

"Águila", moneda estadounidense, Dilatar La Pupila, Edgar Allan Poe

Uno de los primeros diseños del «águila», moneda estadounidense con valor de diez dólares, del año 1839. Es muy probable que el escritor la hubiese conocido en su momento como forma de pago. Museo Nacional de Historia Americana

 

Desde el año 1832, cuando publica en el Saturday Courier, hasta su muerte en 1849 se calcula que devengó alrededor de 10 000 dólares por su trabajo, un monto que incluso para la época era algo exiguo, por no decir paupérrimo.

Y es que, aunque la pobreza y el arte parecieran hermanos siameses, hubo casos en los que no se llegó a estos niveles. Valga como ejemplo el del escritor norteamericano Washington Irving, quien en la década de 1820 obtuvo ese mismo monto por una sola obra: The Sketch Book… solo los primeros dos años.

 

4. Es el padre de la novela policíaca de nuestro tiempo

 

Ilustración del relato "Los crímenes de la Calle Morgue". Año 1870. Edgar Allan Poe. Dilatar La Pupila

Ilustración del relato «Los crímenes de la Calle Morgue». Año 1870.

Publicado originalmente en la Graham’s Lady’s and Gentleman’s Magazine en abril de 1841, Los crímenes de la calle Morgue no es una novela, sino un cuento largo. Sin embargo, la confección de una trama circundada por el asesinato y la presencia de investigadores capaces de resolver el enigma mediante el uso de un raciocinio particular sentaron las bases de nuevos materiales literarios construidos bajo ese mismo patrón.

 

Esto hace de Poe el creador de un nuevo género literario que tendrá cultivadores de la talla de Arthur Conan Doyle, autor de las serie de Sherlock Holmes. Además, sería cuestión de tiempo para que apareciera a principios del siglo XX una vertiente mucho más cruda y compleja a nivel social: la novela negra.

 

5. Fue un teórico del cuento moderno

 

El ejercicio constante de la escritura narrativa le permitió reflexionar sobre su concepción de los géneros conformadores de la literatura, lo que en otras palabras se conoce como poética. Así, sus enunciados acerca del cuento fueron enteramente originales hasta el punto de que muchos críticos literarios le consideran también el constructor del cuento moderno.

Aunque hay muchos puntos que podrían resaltarse en este apartado, vale la pena señalar algunos con concisión. Siempre asoció el cuento a la idea de brevedad, la cual debía estar conjugada con un segundo elemento vital: la trama.

En vista de que es un término amplio dentro de la teoría literaria, baste con decir que para Poe se trataba de aquel conjunto del relato en el cual nada faltaba ni nada sobraba. Si esto ocurría, este simplemente perdía su eficacia narrativa.

 

6. Rompió con el mito de la creación literaria romántica

 

Si hay alguna idea que el romanticismo logró calar dentro de la mentalidad de la gente cuando se habla de arte es la de inspiración. Todos en algún momento hemos caído en aquel canto de sirena.

Dicho vocablo implicaba crear sin ninguna especie de cálculo o preparación previa, toda vez que se trataba de algo noble, inmaterial y por ende incapaz de ser adquirible mediante las técnicas de escritura propias de cada género. ¿Consecuencia? Se hizo muy popular escribir sin atender a los detalles compositivos que necesita toda obra literaria.

 

"Musas danzando con Apolo", de Baldassare Peruzzi. Siglo XVI

«Musas danzando con Apolo», de Baldassare Peruzzi. Siglo XVI.

Edgar Allan Poe es uno de los primeros escritores románticos en matar esa vaca sagrada. En varios artículos de prensa llegó a defender la necesidad de tener todo previsto antes de ponerse a escribir, pero es en La filosofía de la composición o Método de composición donde esto queda asentado como parte de su poética.

No es difícil imaginarse la cara de perplejidad de aquellos lectores al saber cómo “El cuervo”, ese emotivo poema que lo terminó de catapultar como escritor ante sus pares, había sido creado con la precisión de un problema matemático. Con esto demostró que era posible unir la disciplina racional con la intensidad emocional al momento de preguntarse qué es la literatura.

 

7. Ejerció con disciplina la crítica literaria

 

"La crítica", de Julio Ruedas. Circa 1906. Museo Nacional del Arte.

«La crítica», de Julio Ruedas. Circa 1906. Museo Nacional del Arte.

Condenados a vivir como enemigos gracias a un estereotipo consagrado, parece ser que si eres escritor no puedes ejercer la crítica literaria. Tal vez en esto tenga mucho que ver la imagen de este último como un creador frustrado y muerto de envidia por el éxito de otros. Desde esta lógica maniquea, parece ilógico estar al mismo tiempo con Dios y con el diablo.

No para Edgar Allan Poe. Y es que se trataba de algo mucho mayor que ganar dinero por la pluma (aunque, como vimos, tampoco fue que se hizo millonario): era el vivo interés de hacerse una reputación como hombre de juicio.

De hecho, algunos estudiosos afirman que es gracias a sus duros y acertados análisis de las obras más emblemáticas del momento que comenzó a sonar en el circuito literario de su tiempo.

Más aún: de no haber sido por ella quizá hubiese sido difícil conocer a profundidad los valores que rigen su poética. Porque, a diferencia de la mayoría de los escritores, Poe creaba y reflexionaba constantemente sobre su escritura.

 

8. Cuestionó el concepto de “literatura nacional”

 

Durante el siglo XIX fue muy común en los dos continentes de América hablar de de la literatura nacional, entendida a grandes rasgos como la expresión en la escritura artística de motivos, personajes y paisajes afines con lo que dicho país se identificaba.

 

 

Desde el principio del debate nuestro autor rechazó esta tendencia por considerarla de naturaleza política más que estética, además de perjudicial para el provecho de los recursos que brinda la literatura.

Esto explicaría por qué casi ninguno de sus cuentos está ambientado en Estados Unidos. “[U]n tema extranjero –decía– es preferible en un sentido estrictamente literario. Después de todo, el mundo entero es el legítimo escenario del histrio que escribe”.

 

9. Influyó en el movimiento simbolista francés

 

Conocido como una de las corrientes que habría de modernizar el arte en Occidente, especialmente en la poesía y la pintura, la obra de Poe llegó a las manos de algunos de sus miembros, como Charles Baudelaire y Stephan Mallarme.

 

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«Charles Baudelaire en el sillón», por Félix Nadar. Año 1855. Revelado único sobre papel salado a partir de un negativo destruido. Alt. 28; Anch. 16,5 cm.

El impacto fue tal que  se convirtieron no solo en lectores fieles de su producción artística, sino también en uno de sus principales difusores en Europa.

 

Así las cosas, Baudelaire escribió artículos donde elogió tanto su figura personal como su labor escrituraria. Pero fue más lejos: llegó a traducir algunos de sus cuentos al francés. Y esto en el siglo XIX era poco menos que haber alcanzado la Meca del mundo cultural.

 

 

 

 

 

10. Fue conocido en Latinoamérica por su labor poética

 

Aunque las condiciones no eran las mejores, Poe llegó a ser conocido por los escritores de América Latina. Sin embargo, a diferencia de Europa, lo hizo básicamente a través de su labor poética.

 

En esto tuvo especial relevancia la traducción de El cuervo que hizo en 1877 el escritor venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde, quien vivió un tiempo en Nueva York. Su versión es famosa entre tantas razones por cumplir con éxito una de las labores más difíciles en el área cuando de poesía se trata: ser lo más fiel posible al sentido del texto y al mismo tiempo no perder la rima que contiene.

 

 

Muchos creadores, sin embargo, llegaron a conocer la labor de Poe con profundidad pues, a diferencia de la mayoría de los lectores, viajaban constantemente a Europa o Estados Unidos. Tal fue el caso del  poeta nicaragüense Rubén Darío, quien llegó a incluir una semblanza suya en su libro Los raros (1896).

 

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¡Hasta pronto!

Acerca de Omar Osorio Amoretti

Omar Osorio Amoretti. Caracas (1987) es profesor e investigador (USB | UCAB). Licenciado en Letras y maestría en Historia de Venezuela por la Universidad Católica Andrés Bello. Ha publicado: José Rafael Pocaterra y la escritura de la historia (Equinoccio, 2018).
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