Reseña de Omar Osorio Amoretti sobre Los suaves ofendidos, del escritor peruano Julio Ortega.
Cualquiera que se acerque a la producción narrativa y crítica de Julio Ortega (1942) quedará abrumado. Su prolífica lista habla de un hombre que se ha dedicado de lleno a la labor artística e intelectual, aunque si se ponen ambos géneros en la balanza no quedan dudas de que es, ante todo, un académico a oficio completo. La publicación de Los suaves ofendidos por parte de Monte Ávila Editores Latinoamericana vendría a ser su última (entiéndase el carácter temporal de este adjetivo) publicación en Venezuela.
Sin embargo, no se trata de una producción novedosa (solo aparece un cuento inédito: aquel que le da nombre a todo el libro), pues basta una hojeada al índice para descubrir que se trata de una compilación de varios de sus trabajos literarios, entre los que se encuentran las novelas cortas El oro de Moscú (1986) y Adiós Ayacucho (1986); los cuentos La mesa del padre (1994) y las anotaciones de Puerta Sechín (1992), estos dos últimos editados por primera vez en nuestra nación. Y es que Ortega no es un desconocido en estos lares, si a lo anterior le sumamos una publicación de sus ensayos en la prestigiosa Biblioteca Ayacucho (Una poética del cambio) y su participación como jurado en varios concursos literarios.
Basta leer algunas de las piezas de este libro para percatarse del mundo narrativo que representa Ortega: el mundo del hombre peruano y el Perú de la época moderna que es (quizá como muchos países de Latinoamérica actualmente), la conjugación mestiza entre el mundo rural y el mundo urbano. Pero aquí hablar de cholos y de letrados, de la ciudad y de los frutos de la tierra no implica desarrollar una narrativa criollista, tal como solían hacer nuestros primeros escritores del siglo XX. En sus trabajos prevalece ante todo el predominio de la historia y el personaje sobre el ambiente, lo que de alguna manera implica un nuevo lenguaje que escapa a los antiguos lineamientos de la narración latinoamericana. No será, además, el único aspecto visible en sus páginas. Habrá, además, piezas notoriamente imaginativas como Adiós Ayacucho y relatos que, como El arte de la lectura, mezclarán los géneros literarios, jugando así con la cultura del lector, pero sobre todo estimulándola.
He aquí las páginas, pues, de una literatura actual a la espera de lectores actuales, interesados en conocer qué se escribe más allá de nuestras fronteras.
Datos bibliográficos
Nombre: Los suaves ofendidos
Autor: Julio Ortega
Editorial: Monte Ávila Editores Latinoamericana
Año: 2012
* Esta reseña fue publicada en el suplemento Día-D, del diario 2001, el 13 de enero de 2013.